viernes, 2 de mayo de 2008

Huelga en el campo, melocotón en el suelo

Publicado el 1 de mayo en el ABC de Sevilla, sección de Economía

Melocotones y nectarinas, tiradas ayer en una finca en BrenesDÍAZ JAPÓN

La única presencia en la huerta era la de la máquina que arrancaba los árboles de nectarina. Por la mañana habían tenido la visita de los piquetes, innecesaria, porque no había ningún trabajador recogiendo la fruta de hueso de los árboles de Juan Franciso Ruiz, en Brenes.

Juan Francisco tiene un centenar de hectáreas de árboles frutales, entre cítricos y de hueso, En el primer día de huelga ha arrancado cinco hectáreas de nectarina de carne blanca. Y depende de como vayan las cosas pueden ser más.

Varios agricultores de la zona manifestaron que estaban «hartos» de que «se abusara» del melocotón, ya que al ser un fruto que no puede esperar en el árbol, «siempre nos toca la huelga a los mismos». «Lo que no puede ser es que la presión sólo se ejerza en el melocotón». Incluso calificaron a la situación de «chantaje», ante el que se ven «indefensos e impotentes».

Se plantean seguir el ejemplo de quien arrancó el año pasado 1.300 hectáreas de fruta de hueso y de quien ya lo empieza a hacer este año porque «estamos cansados de ceder y queremos parar esta situación».

Ello llevaría a cambiar de cultivo, «habrá que pasarse a los biocombustibles, que son rentables y están de moda». Pero advertían de que «eso acabará con la mano de obra y se creará un caos social en la zona, donde mucha gente vive de esto», ya que «ningún otro cultivo crea tanto empleo como la fruta de hueso».

Cada héctarea de estos árboles tiene un coste anual de unos 10.000 ó 12.000 euros, más de 7.000 de los cuales ya se han gastado antes de la recolección. Además, una finca de 50 hectáreas da trabajo a unas 60 personas en la recogida y otras 60 en el almacén.

Para ellos, sólo con el aviso de huelga «ya ha sufrido la campaña». Las grandes superficies, que tienen un poder de compra muy fuerte y controlan el mercado, «han empezado a trabajar con Murcia». En referencia a los precios a los que venden la mercancía asumen que «la culpa la tenemos nosotros mismos, los productores, por no tener más unión». «Nosotros no ponemos el precio, nos lo imponen».

Dicen comprender la situación de los jornaleros, «que tienen un trabajo eventual con el que no se puede mantener a una familia», pero que «con el margen de beneficio que se tiene en el campo no podemos permitirnos esa subida de los salarios».

Francisco Arroyo, de Brenes Fruit, criticó los «arcaicos» sistemas de negociación. «Estaban muy bien en los años 80, pero hay que modernizarlos». Cree que hay que «negociar con los números por delante, analizando el sector y su rentabilidad». Reclama también que estos cultivos estuvieran primados «ya que se genera bien social y que se ayude al que de verdad trabaja».


No hay comentarios: